Llegamos y el arquero ya no estaba
Su cuerpo sí
Sólo su cuerpo, solo
Preguntamos ¿Dónde se fue el hermano?
Al Oriente Eterno nos decimos
Mientras nos abrazamos triplemente
En realidad ni tú ni yo sabemos donde fue
Y aunque sabemos que él ya no está
Sabemos que no está solo
Y al convocarnos fraternalmente
Sabiendo que en el amor no estamos solos
Entrelazaremos sus manos con las nuestras
Mirando hacia el oriente eterno entre gemidos.
– Arquero, in memoriam