Siempre nos quedará Londres

Nos toca estar atentos a lo que oímos, vemos y leemos. Tenemos que ser muy  conscientes del poder de esa comunicación que dispara a quemarropa contra nuestros miedos y nuestras esperanzas.

No me canso de mirar

Con los años aprendemos a mirar, de hecho raramente nos cansamos de mirar.

La alfombra de las vanidades

Hojas secas que alfombran el suelo que una vez fue verde primavera. Los arboles se quedan desnudos y ante el frio del invierno cambio un

Frio Londres

El cuervo silencioso, el árbol sin hojas, el cementerio donde ya no cabe nadie, el banco vacío… y el atardecer. Viento, soledad y frio, mucho