Me nacieron en Zamora, donde apenas pasé unos días y después, dos años de mi vida en Tabara. Fué allí, en el corazón de Castilla (llamada la vieja entonces), que se me otorgó la nacionalidad española. Mi madre y mi padre me criaron en Jerez. Allí se formó mi identidad mas temprana como andaluz, que por cierto, va mucho mas allá de mi pronunciación de las haches, jotas, eses y zetas. En Andalucía se definió mi identidad cultural, espiritual, política y social; más por la humanidad de sus gentes que por dogma nacional alguno. Pero al haber vivido alrededor del mundo, cada vez que mostraba mi pasaporte, sobre todo en situaciones de necesidad, me hice consciente de la importancia que tenía mi ciudadanía Europea. Así pues mi identidad “jonda” es andaluza, ahí, en mis adentros. Soy nacional de España por derecho, y por supuesto con sus obligaciones; y mi ciudadanía jurídico internacional es Europea. Desde esa triple identidad me siento hermanado y trabajo a diario en condiciones de igualdad con las buenad gentes de muchas naciones. Con ellas convivo, he convivido, aprendido, amado y compartido mis miserias y mis alegrías intensamente… y lo seguiré haciendo Insha’Allah. Me ha prestado su cultura y dado suelo a veces, y siempre vida, el Reino Unido, India, el estado de Nueva York, Qatar, Mexico DF, Colombia, Pakistan, Gibraltar, Australia, Euzkadi, Galicia, Murcia, Valencia, Baleares, Israel, Extremadura, Cataluña, Aragon, Navarra, Canarias, Ceuta, Marruecos, Emiratos Arabes, Arabia Saudí, … y que me perdonen las naciones que no nombro y que siento como hermanas. Estas naciones y lo que he compartido con sus gentes, me obligan a repensar constantemente quien soy o mejor dicho quien somos mas allá de la nación. Nación individual que existe en lo jurídico, político y cultural pero que la humanidad, comunidad mundial de mujeres y hombres, supera cualitativa y cuantitativamente. La convivencia con las naciones nos enseña que donde con tanta miopia muchas personas sólo ven un mundo, en realidad muchas otras vemos muchos mundos. Así cuando alguien me pregunta ” ¿y tú, de donde eres?”, con la mano en el corazón no puedo más que responder:
Soy ciudadano de los muchos mundos