La primera vez que leí sobre la aparición de una deidad femenina en meditación fué con Swami Muktananda en “El Juego de la Conciencia”. Con otro nombre y descripción arquetipica, se refería a ella como la diosa, Devi, en el contexto tantrico de la India y en concreto de la Meditación Siddha que él enseñó y contribuyó a difundir.
Siempre creí que para Muktananda esa visión de la Diosa era una experiencia que le había ayudado a la sublimación de su propia energía sexual y que le había servido de base para articular su comprensión de la divinidad subyacente en el Principio Femenino. Lo que es cierto es que ese pasaje me abrió la puerta a una indagación sobre la naturaleza divina del ser humano y el concepto de lo femenino como arquetipo en el sentido mas Jungiano, y no meramente como una categoría conceptual conectada al sexo.
En el Budismo Tántrico las Dakinis son también símbolos del Principio Femenino y aparecen representadas como mujeres danzando desnudas. Sin embargo, su desnudez y la atracción sexual que podrían evocar sentimientos de posesión y contracción a él y a la profana, son para la iniciada y el iniciado un símbolo de la belleza del ser humano.
Pero sobre todo le evocan la naturaleza desnuda e inocente de una experiencia estética que a través de la contemplación y experimentación meditativa conduce a un estado de éxtasis interno. El vaivén de sus movimientos no difieren del movimiento de todo lo que existe y toma su ritmo del fluir de la conciencia en nuestra mente y corazón, pero también en el sentimiento del amor que sentimos y expresamos hacía las demás personas y todo lo que amamos a nuestro alrededor. Como ocurre con las descripciones indias de la reencarnación y la muerte, donde el budismo ha articulado profusamente dichos estados, con las Dakinis, la literatura budista nos ofrece una poesía y narrativas esotéricas dificiles de igualar.
En el libro “El Calido Aliento de la Dakini” Judith Simmer-Brown nos ayuda a iniciarnos en este mundo femenino desde una óptica feménina y desde dentro de la tradición. Muy recomendable.