Niccolò di Bernardo dei Machiavelli escribió en 1513 El Príncipe.
“El fin justifica los medios”,
una frase que se le atribuye sin certeza,
lo condenó como autor maldito.
Su perfil humanista y de verdadero hombre renancentista
consagra al ser humano como el centro de su teoria de Gobierno.
Nicolás Maquiavelo (Florencia 3 de mayo de 1469 – 21 de junio de 1527), es posiblemente junto a Baltasar Gracián uno de los más grandes pensadores de estrategia política en Occidente. Su obra podría equipararse, salvando las diferencias de pensamiento, a El Arte de la Guerra. Al condenar su estudio, el juego de la política se ha quedado en telenovela palaciega, sin aspirar siquiera a intriga. Su obra articula con elegancia los usos y el abuso del poder de gobierno y su adecuada dosificación para evitar conflictos innecesarios. Fernando Savater aparece citado en un reciente articulo de El Pais, y lo elogia no solo como un proponente de la honestidad política sino como poco Maquiavélico, poniendo de manifiesto el paradójico giro que ha tomado su nombre. Algunas de sus frases mas destacables
“De los hombres, en general, puede decirse que son ingratos, volubles, simulan lo que no son y disimulan lo que son, huyen del peligro y están ávidos de riquezas”.
“Un hombre que quiere ser bueno entre tantos que no lo son labrará su propia ruina”.
“Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen”.
“Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse”.
“Todos ven lo que aparentas; pocos advierten lo que eres”.
“Hay que ser zorro para conocer las trampas y león para espantar a los lobos.”